Desde hace unos días circula en las redes sociales una imagen que por repetida no deja de ser impactante: se trata de la vista tomada por la Estación Espacial Internacional (ISS) en su paso por el Océano Atlántico Sur, justo al este de la República Argentina. Son cientos de buques extranjeros con sus poteras desplegadas capturando calamar illex; cada luz que se observa es un barco y como bien afirma el biólogo Milko Schvartzman, deben sumarse otros cien buques arrastreros que, al no usar luces potentes para atraer el cardumen, no son captados por la Estación Espacial.
Se trata de los barcos sobre los que tantas veces hemos hablando en estas páginas. Se han llegado a contabilizar 300, 400 y hasta 500 al borde de nuestra Zona Económica Exclusiva que, durante meses, muchos más de los que tiene permitido la flota argentina, explotan sin control principalmente el calamar illex. Es evidente que tenemos un problema, pero en el Estado argentino los funcionarios y políticos lo miran sin inmutarse, como acostumbrados a esa imagen tan bonita.
Entre los varios especialistas que abordan esta problemática existen distintas miradas respecto de las acciones que se deben tomar, pero hay un punto en el que están todos de acuerdo: no existe voluntad política para revertir, frenar o la menos reducir el impacto de esta flota sobre los recursos naturales de nuestro país.
“El problema que tenemos hoy es que no se está buscando una solución, tenemos un ejército de diplomáticos con títulos de abogacía y derecho internacional que no están trabajando para eso y si no trabajan para eso en el futuro no vamos a tener especies por proteger, porque va a ser tarde”, señala Milko Schvartzman.
This came into view as the @Space_Station passed over the south Atlantic Ocean just east of Argentina. They are from a massive fleet of fishing vessels with spectacularly bright LEDs which help to attract the right kind of «fish» (squid). Jan 5, 2023 04:09 UTC pic.twitter.com/LLkDwFbHbP
“Las estadísticas de captura fuera de la ZEE del INIDEP, hace diez años estimaban las capturas en 100 mil toneladas y en 2021 fueron de 200 mil, se duplicó en ocho años y si esto sigue así, irremediablemente va a haber un colapso del recurso con impacto sobre todo el ecosistema y otras especies y recordemos que el illex es el principal alimento de la merluza hubbsi. Hay que buscar una solución a este problema antes de que sea tarde”, insiste Schvartzman.
“No entienden el daño económico, social y a la soberanía nacional que ocasiona la pesca ilegal. La administración de la Pesca en el Atlántico Suroccidental es central para recuperar la soberanía no solo en los espacios marinos argentinos, sino en los territorios invadidos por el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte. El equivalente, al 52% de la Zona Económica Exclusiva Argentina”, señala el profesor César Lerena en uno de sus artículos, titulado “La ausente política pesquera”.
“No alcanza con sorprendernos y mostrarnos indignados años tras año por la enorme cantidad de buques extranjeros que acuden al área para llenar sus bodegas. Por el contrario, debemos tomar medidas en el marco de las leyes vigentes para corregir dichas prácticas, porque resulta inaceptable arriesgar la sostenibilidad de los valiosos y escasos recursos que el mar nos ofrece, afectando negativamente a la economía y perjudicando a la sociedad argentina en su conjunto”, indicaron Otto C. Wöhler y Roberto García Moritán.
Esta flota, que tiene casos de barcos con denuncias de pesca ilegal, de abusos contra los derechos humanos, que regularmente ha bajado tripulantes muertos en el puerto de Montevideo, que no tiene controles de ningún tipo en ninguno de los buques, para poder operar y ser rentable cuenta con subsidios de sus países y la necesaria complicidad de Uruguay que le facilita todos los medios para comercializar el producto de esta pesca, pero también cuenta con la colaboración del gobierno argentino que ha demostrado total desinterés por buscar una solución a este problema. (Fuente Revista Puerto)